16/6/17

aprender a amar...

PD3: Mira qué bonito:

Decía el padre José Kentenich: “Detrás de cada amor a una persona está Dios; si no somos capaces de amar sanamente tampoco amaremos a Dios; si el amor fuera más natural sería más fácil llegar a Dios; mucha gente no llega a Dios, porque no saben amar ni han experimentado lo que es un auténtico amor“.

El amor concreto que Dios me regala. El amor visible a mis ojos. Ese amor de hijo gastado con el tiempo. O el de padre que no sabe bien cómo cuidar la vida que se le confía, en sus manos frágiles. Ese amor de amigo que se derrama en tiempo, sin exigencias torpes. Ese amor de hombre que pasea por el alma, y asciende hasta el cielo. El amor de madre que se da por entero.

Sé que si no amo a quien veo es difícil que ame a Dios cada mañana. Necesito aprender a amar sin cortapisas. Sin frenos. Sin miedos. Sin reparos. Amar en la vida que se me confía. Y cuidar en mis manos lo más sagrado oculto en el alma que se me abre. Con respeto infinito.

Quiero amar con mis manos y mis gestos tan torpes. Pero amar de forma sana. Sin retener. Sin imponer. Sin vivir exigiendo. Sin celos ni envidias. Sin quejas ni reproches.

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