30/12/16

mejor que proponerte adelgazar o dejar de fumar...

PD2: Propósitos de Año Nuevo:

Época de buenos deseos

Sí, la Navidad es época de buenos deseos. Pero también tenemos la experiencia de que los buenos deseos de la Navidad rara vez duran más allá de las primeras semanas de enero. Supongo que esto se debe a la falta de virtudes. Una virtud tiene un componente digamos intelectual, otro emocional y otro volitivo.

El aspecto intelectual nos dice por qué hemos de hacer algo: por qué he de ser leal, sincero, humilde… por qué he de perder peso, ser más ordenado, vivir mejor la puntualidad… sonreír más frecuentemente, interesarme por las cosas de los demás… Ese conocimiento nos ayudará a tomar una buena decisión: si no sabemos por qué la tomamos, o no estamos convencidos de que eso es bueno, el propósito no durará mucho.

El emocional sirve de espoleta, de detonador. Ver el sufrimiento de un niño nos llama a la generosidad; sentir la vergüenza de que nuestros amigos vean el desorden de nuestra oficina nos animará a ordenarla. Pero lo más probable es que ese empujón dure poco. Si es de una sola vez, porque no nos acordamos más; si es muy frecuente, porque nos aburre o nos endurecemos o perdemos sensibilidad. Habitualmente, el subidón emocional tiene que traducirse inmediatamente en una reflexión y estudio y, muy muy pronto, en una decisión. Por eso los que venden por internet o por televisión te dicen que compres ahora, o que llames ahora. Pero a ellos les preocupa poco la continuidad: y eso pertenece a la tercera dimensión.

Porque la clave está en la dimensión volitiva: debo hacer tal cosa, y estoy decidido a hacerlo, y a hacerlo ya, poniendo toda la carne en el asador. Hay trucos que nos pueden servir. Uno es el examen frecuente. Otro, pedir la ayuda de alguien que nos exija o nos controle (antiguamente la gente ahorraba durante el año para tener dinero para las compras de Navidad, y lo hacía ingresando el dinero en alguna institución, con el encargo explícito de no devolver el dinero antes de, digamos, el 15 de diciembre). Es muy bueno fijarse metas pequeñas, muy concretas y a muy corto plazo. ¿Quieres ser más amable? Vete ahora a la oficina de al lado y pregunta a quien está allí cómo está, qué va a hacer en estas Navidades, si todos están bien en casa, etc. Y luego ponte otro objetivo para dentro de un rato, cuando llegues a casa; y para más tarde, cuando tengas tiempo para llamar a tu primo con quien no te llevas bien…  ¡Ah!, y como esto no durará mucho, vuelve a empezar. Otra vez. Sí, ya sé que has fracasado en los últimos veinte intentos, pero vuelve a empezar. Porque -y aquí está la clave- has de adquirir el hábito operativo de lo que sea: ser amable, bajar peso, sonreír siempre…

Y, si eres creyente, reza por esa intención. Esto tiene tres objetivos. Uno, ganarte la cooperación de alguien más, Dios en este caso, que te ayudará. Y otro, convencerte tú de que no estás solo, o sea, de que tienes esa ayuda externa, y la tienes aunque no la notes, aunque se retrase… Y también para implicar a otros, cuando, por ejemplo, pides ayuda a Dios para ser tú más ordenado, pero también para que tus hijos sean más ordenados, de modo que tú debes luchar porque quieres ser ordenado y también porque quieres que tus hijos sean más ordenados y, claro, no los puedes dejar solos, no puedes fallarles. O sea que… a luchar, porque ahora ya no lo haces solo por ti, sino, sobre todo, por ellos.

Sí, la Navidad es una época de buenos deseos. Pero algunos son eficaces y otros no. Es ley de vida. Lo importante es que no te desanimes. Porque, ya te lo digo ahora, te morirás desordenado, mal carado, impuntual o lo que sea, pero te morirás feliz, porque habrás pasado unos cuantos años de tu vida intentando ser mejor. Y, a diferencia de las olimpiadas humanas, el premio -la felicidad en esta tierra, y luego en la otra- no se promete al que siempre triunfa, sino al que sigue intentándolo hasta un rato antes de morir. ¿No te lo crees? Bueno, haz la prueba, y cuando llegues a la otra vida ya me contarás tu experiencia. La felicidad no es una hoja de servicios intachable y, por tanto, imposible, sino la humildad de volver a intentarlo cada día. Y esto está al alcance de todos.

En la Navidad los cristianos recordamos el nacimiento de un Niño, que era -que es- Dios. Lo que él nos trajo no es la promesa del éxito, sino la seguridad de que, si lo intentamos una vez y otra, al final lo conseguiremos. Y, entre tanto, nos habremos hecho mejores, porque -y esto forma parte del mensaje que nos dejó aquel Niño- nos hacemos mejores cuando tratamos de hacer mejores a los demás.

29/12/16

afectuosos

PD1: Tengamos una caridad afectuosa, que sepa acoger a todos con una sincera sonrisa. Qué cansino es el mundo lleno de siesos…

Ante las dificultades, los problemas, las tragedias, también en la multitud de pequeñas cosas penosas diarias que pasan por nuestro camino, requieren un corazón atento, que quite relevancia a lo que realmente no la tiene, y que se esfuerce por darla a lo que verdaderamente importa.

Siempre, mostremos nuestra sonrisa, nuestro sosiego y nuestra paz.

28/12/16

natalidad

PD2: Cuando se crearon los “Estados del Bienestar”, y se fijó los 65 años como edad de jubilación, la esperanza de vida media era inferior a los 60… Ahora ya sabes cómo están las cosas… Nos morimos cada vez más tarde, y nos jubilamos antes de que nos toque…
Y salen los políticos diciendo que van a potenciar la natalidad. No se enteran de nada. No se tienen hijos no porque no haya ayudas para tenerlos. No es tema económico. No se tienen hijos no porque la economía vaya bien o mal. Es un problema social, la sociedad consumista ha generado otras prioridades y la carga de tener hijos no es la prioritaria. Hay que viajar a todas partes, hay que tener de todo, hay que vivir a tope, como si no hubiera mañana…
El mejor ejemplo es Francia versus Alemania. Evolución demográfica Francia y Alemania 2006--2011. En menos de 20 años, incluso contando con la inmigración, Francia habrá superado a Alemania en población. De locos!!! Y eso que Alemania va mucho mejor, económicamente hablando, que Francia.
Y no es por la falta de ayudas por tener hijos, es por la precariedad de los trabajos. Todos temen que les llegue el despido, muchos están muy precarios:
La última medida de dar a los padres un mes de baja por maternidad es de coña… ¿Quién se la va a pedir? Cuando vuelvan al trabajo, les mirarán con muy malos ojos si se han largado un mes porque hayan parido sus mujeres…, salvo a los funcionarios para los que son muchos “moscosos” más…
Sólo lo ha conseguido Francia con las ayudas estatales:
Pero creando un estado elefantístico, que no se pueden permitir.
Así que mientras no se quieran tener hijos no hay nada que hacer, sino depender que nos entre de fuera. Y últimamente no quieren venir a estar parados en España:
Es un cambio de valores lo que habría que hacer, no + ayudas económicas. Y ese cambio de valores es muy lento en el tiempo. Hemos hecho una España tan “progre”, tan permisiva con los gays, con la igualdad de género, con todo lo ultramoderno, que vete tú ahora a decirle a la gente que procree. Clarinete… Han faltado líderes políticos y sociales que marquen la pauta, que arrastren a los demás. Ahora lo único que prima es copiar lo que hacen los famosetes, ser “influencer” en las redes sociales, y darle todo el gusto al cuerpo que podamos… La máxima ilusión de la gente es ser rico, tener de todo, satisfacción total de los sentidos, y tener hijos no está en ninguna de sus prioridades. No way!!!
Necesitamos mucho ejemplo de personas ejemplares, para que la gente copie lo bueno de ellas, no que salga en el telediario un político del PP, con la pirámide de la población a su espalda, que es gay, a decirnos que las pensiones no tienen ningún problema, que para eso está la deuda (que pagarán nuestros hijos/nietos), que van a mejorar la natalidad con ayudas a la acogida de niños y los vientres de alquiler… Míseros!!! No tienen ni puta idea, ni ganas de mejorar nada. Es un puro engaño de esta España atontada que tenemos, donde Dios no existe y el sentimiento familiar desvanece.
PD3: Dicen que estos días, Dios se ha vuelto loco: https://www.youtube.com/watch?v=JaVwv50dieI

27/12/16

ética

PD1: ¿Hay una ética o dos éticas?

Corta distancia, orden abierto y ética

Un colega del IESE me explicó hace unos días cómo veía él el tema de los deberes morales en una sociedad abierta y compleja como la nuestra, a partir de las ideas de Friedrich von Hayek. En lo que yo llamaría la corta distancia (la familia, el barrio, la comunidad de vecinos) funciona una ética que se basa en las relaciones personales: yo tengo deberes concretos con mi familia, mis amigos, mis vecinos…, porque puedo identificar los impactos de mis decisiones sobre ellos. Por ejemplo, cuando pongo el televisor con alto volumen, he de pensar bien si esto molesta a los del piso de abajo, porque sé muy bien quiénes son los afectados por mi decisión, Y puedo olvidarme del efecto que pueda tener sobre los que viven a un cuarto de hora de mi casa, porque estoy casi totalmente seguro de que no les produzco un daño.

Sin embargo, cuando decido comprar un producto fabricado en Filipinas en lugar de uno fabricado en mi ciudad, no puedo conocer todos los impactos de mi decisión. Conozco los más próximos, claro: el fabricante perderá ventas, quizás tenga que reducir plantilla, traer el producto de lejos provocará contaminación… Pero hay otros efectos que son más difíciles de tener en cuenta: las necesidades de los empleados en la fábrica de Filipinas, su nivel de vida, la oportunidad de que sus hijos reciban una mejor educación, la creacion de empleo en la empresa que transporta los productos…

Mi colega me decía que debemos aplicar dos éticas distintas, según se trate de la corta distancia, donde puedo evaluar las consecuencias de mis decisiones, o de un orden abierto, en el que hay tantas consecuencias, directas e indirectas, que no podré tomar una decisión correcta.

Yo plantearía el problema de un modo distinto. El principio ético es el mismo: no puedo desentenderme de las consecuencias de mis decisiones sobre otras personas, por el daño (o beneficio) que les pueda causar y (algo muy importante para mí), por los efectos sobre mí mismo: si decido despreocuparme de los efectos de mi decisión, estoy convirtiéndome en un egoísta, estoy deteriorando mi calidad moral, estoy aprendiendo a olvidarme de las necesidades de los demás y, ya en el plano puramente material, no tendré derecho a quejarme el día en que un político populista proponga medidas que me harán daño, porque yo habrá contribuido a esa reacción, como parte de los efectos no conocidos y no previstos de mis acciones.

El principio es el mismo, pero cambia su concrecióny esa concreción se va produciendo, en cada caso, con la ayuda de las ciencias (en nuestro ejemplo, de la economía) y de las posturas que la sociedad va tomando (aunque estas pueden ser parciales y aun manipuladas) En el caso del volumen de mi televisor podré concretar mucho mejor lo que debo hacer, porque puedo prever las consecuencias para los demás, y porque tendré argumentos emocionales o sociales para no hacer daño a otro, porque es una persona próxima a mí, porque me imagino lo mal que lo pasará con mi ruido, porque quizás provoque una reacción violenta contra mí, porque adquiriré mala fama en la vecindario… Esto es más difícil cuando los efectos de mi decisión se producen muy lejos. Pero no puedo olvidarme de ellos. La idea del orden abierto me servirá para entender otros efectos, que yo no puedo percibir, que no son próximos a mí, pero que no son irrelevantes. No tendré medios para comprobar si el daño producido al empleado del fabricante próximo son más o menos importantes que los del trabajador filipino, y me tendré que fiar, quizás, de los criterios del mercado, que no son definitivos (no tienen en cuenta los aprendizajes morales, por ejemplo), pero que son relevantes, y que me pueden ayudar a tomar una decisión razonable.

Mi colega lo decía de otro modo: para el trabajador próximo, mi decisión es una violación de su “derecho” a tener un buen trabajo bien remunerado y protegido; para el trabajador filipino, mi decisión de comprar localmente crea un “privilegio” en el trabajador de aquí, a costa del de allá, que no tiene ni un buen trabajo, ni un buen sueldo, ni seguridad alguna. Con otras palabras, mi decisión puede contribuir a fomentar una reacción emotivista que, por tanto, mira mejor el que tengo al lado que al que está lejos, y que puede ser injusta, al menos en el sentido de que no reconoce los mismos derechos para todas las personas. Todos somos iguales, como diria Orwell, pero unos más iguales que otros.

Conclusión primera: no hay varias éticas, sino una sola, que habrá que aplicar a cada caso concreto de acuerdo con las circunstancias. Conclusión segunda: el estado del bienestar, tal como lo conocemos, da respuesta a unos problemas, pero no puede tomarse como la única respuesta, ni siquiera como la más ética. Conclusión tercera: cuando tengas que tomar una decisión, piensa en las consecuencias que tendrá, pero con criterio amplio: no te quedes en las que afectan a los de tu entorno próximo, porque puedes ser injusto (e ineficiente). Conclusión cuarta: y como es muy difícil acertar siempre, en un mundo complejo lleno de sistemas abiertos y de relaciones próximas, acostúmbrate a procurar se justo en todas tus decisiones: esto no garantiza que tus efectos sean socialmente los mejores, pero sí que, al menos, hará de ti una mejor persona. Y son las buenas personas las que toman las buenas decisiones.

23/12/16

Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo 2017

Que estos días nos hagamos como niños y nos centremos en Belén, en que nace Jesús, Dios y bebé de carne y hueso, de la Virgen María, con la ayuda de San José.
Que nos olvidemos de tanta fanfarria, regalos y comilonas, evitemos excesos, y recuperemos la ilusión de los niños… Un fuerte abrazo

22/12/16

tus cuñados...

PD3: Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación; tu conciencia es lo que eres, tu reputación es lo que otros piensan que eres. Estas Navidades olvídate de fardotear con tus cuñados/as…, déjales en paz, que quizás sean ellos los que tengan razón. Es más importante que tu conciencia esté tranquila, que tengas paz, que no que quieras ser el más listo, el más guapo, el que todo lo sabe, el que tiene mejor coche… No seas memo, se realista y no te engañes a ti mismo!!! Tus cuñados no se van a dejar engañar tan fácilmente…, te entrarán al trapo. Y encima, te quieren como eres.

21/12/16

Es de María...

PD2: Este año he estado parco en temas navideños. Hoy te copio el villancico “Es de María” de Tajamar del año pasado con Los Secretos: https://www.youtube.com/watch?v=diBpYQB_Pj8 Es tan bonito que te lo repito… Lo han cantado mis niñas en su concurso de villancicos de este año y es una preciosidad.

La Navidad no son compras y comilonas, es espera, es cambiar, es compartir con los demás, es estar más simpático, es recibir al Señor que viene…, al Hijo de Dios que se hizo hombre como nosotros para salvarnos, de la mano de María. Así que a ver si nos centramos, yo el primero, y evito que la marabunta prenavideña nos atrape…

20/12/16

hacer

PD2: Etapas de la vida: aprender a hacer, hacer, hacer de verdad, enseñar a hacer, dejar hacer… ¡Qué fácil es, pero qué difícil lo ponemos a menudo! Hay que ser dócil y dejar a otros, dejarse ayudar…

19/12/16

si te has equivocado se pueden "descambiar"

PD1: A pesar de todo lo dicho arriba, en la educación de los hijos, todos, empezando por yo mismo, hacemos mal las cosas en materia de nuevas tecnologías digitales y su manejo por nuestros hijos. No dejes de leerlo y sacarás positivas ideas de lo que NO HAY QUE HACER NUNCA:

Tablets, móviles y niños

La presencia en nuestras vidas de dispositivos electrónicos que utilizan internet (teléfonos móviles y tablets) es, a todas luces, inevitable – lo cual no es malo – pero su uso está rápidamente alcanzando dosis que nadie puede negar que constituyen un abuso.

Me gustaría compartir con ustedes las observaciones que a lo largo de los últimos años he podido hacer desde el privilegiado sillón de neuropsicólogo infantil (y por tanto terapeuta de familia).

Siempre me he mostrado muy crítico del abuso que se ha estado haciendo de la televisión. Sus efectos han sido marcadamente nocivos y son numerosísimos los estudios que lo demuestran. Inocentemente durante mucho tiempo pensaba que la televisión y los móviles o las tablets eran equivalentes, que sus efectos eran comparables. Desgraciadamente los efectos de éstos últimos son mucho más nocivos.

De la televisión siempre he dicho que es nociva en un doble sentido:

1-Por el efecto hipnótico que ejerce, reduciendo las conexiones entre la corteza prefrontal (parte pensante del sistema nervioso) y el resto del encéfalo hasta niveles básicos de supervivencia. Por eso es tan descansado ver la televisión, por eso tantos adultos al llegar la noche decimos (me incluyo) “Estoy tan cansado que sólo quiero ver la televisión”. La pantalla ejerce un efecto hipnótico de tal calibre que literalmente dejamos de pensar (actividad que consume una gran cantidad de oxígeno) y pasamos a procesar la información que llega a través de nuestros ojos de a unos niveles insultantemente básicos. Por cierto, cuanto más tiempo se está expuesto a este efecto hipnótico, más difícil resulta salir de él

2-Por lo que ver la televisión impide. Mientras se está viendo la televisión no se hacen otras cosas mucho más productivas. En el caso de los niños, particularmente, la televisión les impide estar jugando, que es la función más importante para el desarrollo del sistema nervioso. Hoy en día las habilidades de juego de los niños se han reducido gravísimamente.

Como dijo un filoso en un debate sobre la televisión “Yo no tengo televisión porque me quita mucho más de lo que me da”

Estos dos efectos nocivos de la televisión siguen siendo verdad cuando nos referimos a los teléfonos móviles y las tablets, pero debemos ahondar de manera más concreta.

La luz azul que emiten esos dispositivos ejerce un efecto hipnótico mucho más potente sobre nuestro sistema nervioso, de ahí que su poder adictivo sea mucho mayor que el de la televisión. Es mucho más difícil desengancharse – sea tras un uso puntual, o sea desde la adicción – de esos malditos aparatos que de lo que ya de por sí es desengancharse de la televisión. El pasado 1 de junio de 2016 el Instituto de Estudios Familiares – Family Watch – publicó un artículo en el que demostraba el incremento de la violencia de hijos hacia padres y cómo esta violencia está mediatizada en gran medida por el mal uso de los dispositivos electrónicos – el enfrentamiento entre los padres y los hijos es mucho más intenso cuando el tema de discusión es el teléfono móvil, la tablet o similar que por cualquier otra cuestión.

Creo que la página web del Family Watch debería ser la cabecera de internet de cualquier padre o profesor. http://www.thefamilywatch.org/.

Una de las grandes diferencias que existen entre la TV y los dispositivos con conexión a internet es la “interactuación”. La televisión – al menos la tradicional, la que no tenemos conectada a internet – implica una pasividad por parte del sujeto, solo puede verla, mientras que los móviles o las tablets permiten “bucear”, buscar, cambiar, jugar, responder, etc. A priori esta es una gran ventaja. El usuario tiene un control sobre qué hacer, no hay una pasividad tan apabullante.

Sin embargo, en mi experiencia esa capacidad para buscar, para interactuar, se convierte, en algunos casos, en el peor enemigo. A menudo veo niños que, aún sin saber leer, sin ni siquiera edad para hacerlo, son capaces de dominar una tablet al grado de entrar en la página web de su elección – con frecuencia YOUTUBE – y encontrar el video de su elección. Impresionante podríamos concluir. El problema es que rara vez el niño termina de ver ese video. Antes de que acabe ya habrá seleccionado otro de la lista que aparece a la derecha de su pantalla, y así hará, sucesivamente, saltando de un video a otro, sin terminar de ver ninguno de ellos.

En el extremo más patológico he visto jóvenes con diagnóstico de autismo enganchados a una determinada escena – de entre 5 y 25 segundos de duración – y repitiendo esa maldita escena durante horas. La rebobinan y vuelven a ver, constantemente.

Conozco un joven que es capaz de poner esa misma escena, de manera perfectamente sincronizada en tres dispositivos diferentes, produciéndole unos niveles de excitación orgásmicos.

No digo que las tablets o los móviles produzcan autismo, ni mucho menos, pero sin duda agravan y potencian los síntomas característicamente autistas.

Sin llegar a ese tipo de patología, lo que es indiscutible es que las tablets y los móviles están haciendo estragos en dos áreas muy concretas:

1-Están reduciendo la capacidad de atención de los niños de manera dramática. La maldita luz azul que emiten esos dispositivos ejerce tal nivel de estimulación en el sistema nervioso que cuando se le requiera de nuevo atender de manera sostenida va a exigir niveles semejantes de estimulación, como ningún profesor, al menos hasta la fecha, es capaz de emitir una luz semejante, le va a ser muy difícil atraer y mantener la atención de sus alumnos. Pregunten a cualquier profesor con más de 10 años de experiencia en enseñanza infantil o primaria si la enseñanza de hoy es igual a la de hace diez años y si es más fácil o más difícil enseñar. Si van a hacer la pregunta, les recomiendo que reserven un buen rato para hacer una escucha atenta de una situación dramática.

Si, las tablets y los teléfonos móviles están produciendo déficit de atención. Estamos llenando las aulas de anfetaminas (concerta, rubifem, stratera, etc.), pero mientras sigamos llenando sus vidas de horas de pantalla, va a ser muy difícil que dicha medicación no siga aumentando sus índices de venta.

2-Está reduciendo la socialización – el encuentro persona a persona – entre los niños y los jóvenes. Hoy en día es frecuente ver en plazas, restaurantes y parques a un grupo de niños mirando lo que hace otro en su móvil. No hablan, no juegan, solo miran lo que hace otro. Si son varios los que tienen móviles, se sientan en fila, uno junto al otro y se dedican a jugar en paralelo.

Recientemente me contaba la madre de un chico de 12 años que los niños de su clase ya no quedan en una casa los viernes o los sábados, en su lugar, quedan a determinada hora para conectarse a través de internet, con un determinado juego, cada uno desde su casa, sin verse, y pasan dos o tres horas frente a la pantalla.

Sin duda cada día soy más viejo. Puede que no me esté siendo capaz de seguir el ritmo de los tiempos, pero lo que no tengo duda es que lo que veo en la consulta, cada vez con más frecuencia, es particularmente grave.

Me dicen que no debo denostar los dispositivos en sí, que todo en su justa medida es positivo y lo nocivo es el abuso. Absolutamente de acuerdo. Pero admitamos que por cada matrimonio que sabe enseñar a sus hijos a hacer un uso adecuado de las pantallas, hay no menos de 20 padres que ni saben hacerlo, ni saben qué hacen sus hijos con esos dispositivos y, desgraciadamente, ni se plantean que deben cuestionárselo.

Por terminar con algunos consejos concretos que tanto gustan a esos matrimonios ávidos de recetas fáciles y rápidas sobre cómo educar:

1-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) antes de ir al colegio. Tampoco en el trayecto al colegio.

2-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) durante el desayuno, comida, cena o merienda. Tampoco papá debe estar viendo las noticias o el deporte cuando estamos sentados a la mesa.

3-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) antes de estudiar o hacer deberes.

4-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) en un restaurante, bar, o similar. Si no dejan comer tranquilos a la familia, NO se preocupe.  Así han sido siempre las comidas  en familia. Eso es hacer familia. Es una magnífica ocasión para educarles, no la desperdicie.

5-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan que el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) sustituya los juguetes, el deporte, salir con amigos o ir a ver a los abuelos.

6-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia regale una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona menor de 14 años. Si se lo quieren comprar sus padres, allá ellos, tienen derecho a equivocarse, usted no.

7-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia regale una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona mayor de 14 años sin antes consultarlo a sus padres.

8-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un desarrollo neurológico no óptimo (con diagnóstico de déficit de atención, hiperactividad, retraso en el desarrollo, autismo, trastorno del lenguaje, síndrome de Down, síndrome de Williams, o cualquier otro trastorno, genético o no, que afecte al sistema nervioso central) utilice una tablet o un teléfono móvil o similar más de 30 minutos seguidos. Nunca más de 90 minutos al día – y solo en días sin colegio.

9-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un sistema nervioso en su punto álgido de desarrollo neurológico (cualquier niño entre los 0 y los 7 años) utilice una tablet o un teléfono móvil o similar.

10-Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un sistema nervioso en el momento clave de desarrollo neurológico (cualquier niño entre los 8 y los 14 años) utilice una tablet o similar más de 30 minutos seguidos. Nunca más de 90 minutos al día – y solo en días sin colegio. No le permita tener un teléfono móvil.

No estaría de más si pensáramos de nuevo los regalos de Reyes…, si es el caso. Y si nos hemos equivocado ya, se pueden “descambiar”.

16/12/16

dar las gracias

PD2: La gratitud es una de las facetas de la humildad. El arrogante considera que no debe nada a nadie. Pero para estar agradecido, primero, hay que ser capaz de descubrir nuestra pequeñez… Siempre ser agradecidos, pero de verdad, no de boquilla. Y a Dios, ¿no le das nunca las gracias por lo que tienes, por tu entorno, por tus dolores, por tus pesares, por tus alegrías, por tus hijos…?

15/12/16

pura sabiduría

PD2: Interesante carta de un abuelo a sus nietos. ¡Qué sabiduría!:

James Flanagan, por sugerencia de su hija, escribió una carta a sus nietos para cuando fueran mayores. La subieron a las redes sociales y ya acumula millones de visitas. Al poco tiempo el abuelo falleció y sus nietos se quedaron con su mejor legado.

Queridos Ryan, Conor , Brendan , Charlie y Mary Catherine,

Mi sabia y reflexiva hija Rachel me instó a escribir algunos consejos para vosotros, las cosas importantes que he aprendido acerca de la vida. Estoy empezando esto el 8 de abril de 2012, la víspera de mi 72 cumpleaños.

1 . Eres un regalo maravilloso de Dios tanto para nosotros como para todo el mundo. Recuérdalo siempre, especialmente cuando pases por momentos difíciles de la vida.

2 . No tengas miedo. . . de nadie ni de nada cuando se trata de vivir tu vida más plenamente. Persigue tus esperanzas y tus sueños, no importa cuán difícil o “diferentes” puedan parecer a los demás. Demasiadas personas no hacen lo que quieren o deben hacer por lo que otras personas puedan pensar de ellas. Evita los pesimistas. Lo peor de todo en la vida es mirar hacia atrás y decir: “Yo tendría , podría tener, debería haberlo hecho”. Tomar riesgos, cometer errores.

3 . Todos en el mundo sólo son personas ordinarias. Algunas personas pueden usar sombreros más chulos o tener grandes títulos o (temporalmente ) tener poder y querer que vosotros penséis que ellos están por encima del resto. No les creas. Ellos tienen las mismas dudas, temores y esperanzas: comen, beben y duermen como todos los demás. Cuestiona la autoridad siempre, pero sé prudente y cuidadoso acerca de la forma en que lo haces.

4 . Haz una lista de todas esas cosas que quieres hacer: viajar a lugares, aprender una habilidad, dominar un idioma, conocer a alguien especial. Que sea larga y haz algunas cosas de ella cada año. No digas: ” lo haré mañana” (o el próximo mes o el próximo año ). Esa es la manera más segura de dejar de hacer algo. No hay mañana, y no hay un momento “adecuado ” para empezar algo, salvo ahora.

5 . Sé amable y sal de tu caparazón para ayudar a la gente, especialmente a los más débiles y los niños. Todo el mundo lleva una pena especial y necesita nuestra compasión.

6 . No te unas a las fuerzas armadas o a cualquier organización que entrena para matar. La guerra es el mal. Todas las guerras son iniciadas por los viejos que fuerzan o engañan a los hombres jóvenes para odiar y matarse unos a otros. Los ancianos sobreviven e igual que empezaron la guerra con la pluma y el papel, la terminan de la misma manera. Así que muchas personas buenas e inocentes mueren. Si las guerras son tan buenas y nobles, ¿por qué no son los líderes los que combaten?

7. Lee libros, tantos como puedas. Son una maravillosa fuente de placer de sabiduría e inspiración. No necesitan baterías ni conexiones, y pueden ir a cualquier parte.

8. Sé sincero.

9. Viajen siempre pero especialmente cuando sean jóvenes. No esperen a tener el dinero “suficiente” o hasta que todo “esté bien”. Eso nunca sucede. Haz tu pasaporte hoy mismo.

10. Elige tu trabajo o profesión porque te gusta hacerlo. Claro, habrá algunas cosas difíciles al respecto, pero un trabajo debe ser una alegría. Ten cuidado en coger un trabajo solo por dinero: paralizará tu alma.

11. No grites. Nunca funciona, y te duele a ti mismo y a los demás. Cada vez que he gritado, he fallado.

12. Siempre mantén las promesas a los niños. No digas “ya veremos” cuando quieres decir “no”. Los niños esperan la verdad.

13 . Nunca le digas a nadie que lo amas cuando no es así.

14. Vive en armonía con la naturaleza: sal al aire libre, bosques, montañas, mar, desierto. Es importante para tu alma.

15. Abraza a las personas a las que quieres. Diles lo mucho que significan para ti ahora, no esperes hasta que sea demasiado tarde.

16 . Sé agradecido.

14/12/16

"no tengo tiempo para nada"

PD3: Proverbio chino: “Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada”. En España es igual: al que no hace nada, no le queda tiempo ni para leer el periódico. En la vida espiritual ocurre lo mismo, el que consigue rezar algo todo los días es el que no tiene tiempo para nada, y al que le sobra el tiempo, no le dedica ni un segundo a Dios…

13/12/16

nos medidarán en el amor que demos

PD3: En este vida todo pasa. No podemos aferrarnos a nada, ya que estamos de paso. Lo único cierto es que nos vamos a morir, y lo único incierto es que no sabemos cuándo. No especulemos. El resto, lo que tengamos, lo dejaremos aquí…; lo que hayamos hecho, el amor que hayamos dado, nos lo llevaremos con nosotros.

12/12/16

la segunda venida del Señor

PD2: Los cristianos han de esperar el regreso del Señor. Pero con dos condiciones, si se quiere que el encuentro sea amistoso:

La primera es que aleje la curiosidad malsana de querer saber la hora de la solemne y victoriosa vuelta del Señor. Ya vendrá, cuando menos lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto! Esperamos con esperanza, pero es una espera confiada sin malsana curiosidad.

La segunda es que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro con el Señor no puede ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente. Precisamente, porque la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor cuanto mayor sea la aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino en la vida presente.

9/12/16

cómo saludas por la mañana...

PD2: De nuevo, el Reto

La manera en que saludas a una persona dice mucho de como amas a esa persona. Cuando te levantas por la mañana, la manera de dar los buenos días en casa con la persona que te cruzas, la expresión, tu cara, la manera en que hablas… de ese saludo con amor puede girar todo tu día y del que tienes junto a ti. Cuando comunicamos a alguien la felicidad que nos causa el verle, en el otro crece la autoestima.

Jesús nos dice que tratemos con amor y misericordia a nuestros enemigos. Posiblemente hoy te encontrarás con alguien que no te agrada demasiado, pero seguro que, por educación, le saludarás. ¿Y la persona que amas? ¿No se merece que le trates igual o diez veces mejor?

Muchas veces, con los más cercanos tenemos un trato muy duro, de poco amor y misericordia. Recuerda la parábola del hijo pródigo: el padre le saludó con un abrazo. ¿Cómo crees que se sintió al recibir el abrazo de su padre y escuchar su voz llena de profunda alegría? Sin duda que se sintió amado y agradecido.

Hoy el reto del amor es saludar desde el amor con una simple palabra, un gesto de cariño o tu tono de voz. Hoy, en tus saludos, cuida que sean cálidos y con entusiasmo: el Señor te da la oportunidad de tocar el corazón del otro. Recuerda, el amor es una decisión. Así que decide cambiar tu forma de saludar. Elige amar…

7/12/16

siempre amar

PD2: El cristiano entra en la iglesia para amar a Dios y sale para amar al prójimo…

2/12/16

esto es para mis hijos...

PD3: El otro día leía esto: “Los enemigos realmente no te odian, se odian a ellos mismos porque tú eres el reflejo de todo lo que ellos quisieran ser". Y me paré a pensar si me veía reflejado. No, creo que no tengo enemigos, casi seguro estoy. Sí, sé que muchos pensáis que soy bastante rarito por contarte tantas cosas de mi intimidad. Pero dudo que haya nadie que le gustaría hacer lo que yo hago, o ser como yo soy… Intuyo que tengo a varios que chismorrearán de mi, hay tanta afición a meterse unos con otros que seguro soy su víctima, aunque poco me importa… Creo que les sigo queriendo.

Y esto que escribo no es para que otros me copien haciendo lo propio, sino que empecé pensando en mis hijos y en poder enseñarles algo de inversiones y de la vida misma…, algo de mí, por si les vale.

1/12/16

contemplar

PD2: Es la segunda derivada, contemplar…
Hay una gran diferencia entre observar y contemplar. Con frecuencia observo la vida. Lo que sucede delante de mí. Lo analizo, lo disecciono, y decido lo que está bien y lo que no corresponde. Me indigno con lo que no comparto. Quiero cambiarlo. Me emociono con lo que toca mi alma. Quiero alterar la disposición de las cosas. Eliminar algunas, introducir otras nuevas. Tengo una tendencia natural a observar lo que sucede y después actuar. Miro, pero no contemplo.
Me cuesta más estar sencillamente contemplando lo que tengo en frente, admirándome de su belleza, sin hacer nada.
El otro día leía: “Si uno observa quiere saber y obtener información. Uno quiere conseguir algo, por ejemplo conocimiento. En cambio el mero contemplar no pretende conseguir nada. La actitud contemplativa nos conduce a una increíble calma. Todo lo que está presente puede estar presente. No necesitamos cambiar nada. Lo dejamos todo como está. Contemplando se llega al amor por lo contemplado. La contemplación es desinteresada y libre de intereses propios. Así, nunca desearíamos que Dios nos observara, pero somos felices cuando nos contempla bondadosamente. En la vida eterna tampoco observaremos a Dios, sino que lo contemplaremos y por eso lo amaremos”.
Me gustaría aprender a vivir así. Y sacar paz de todo lo que veo. Detenido ante la vida llenarme de la presencia de Dios. Sé que todo me habla de su amor, de su preocupación por mí. Quiero que Dios me contemple.
Quiero contemplar a Dios y saber lo que me está diciendo en medio de mis días. No sólo donde creo que Dios sí me tiene que decir algo.