1/12/16

contemplar

PD2: Es la segunda derivada, contemplar…
Hay una gran diferencia entre observar y contemplar. Con frecuencia observo la vida. Lo que sucede delante de mí. Lo analizo, lo disecciono, y decido lo que está bien y lo que no corresponde. Me indigno con lo que no comparto. Quiero cambiarlo. Me emociono con lo que toca mi alma. Quiero alterar la disposición de las cosas. Eliminar algunas, introducir otras nuevas. Tengo una tendencia natural a observar lo que sucede y después actuar. Miro, pero no contemplo.
Me cuesta más estar sencillamente contemplando lo que tengo en frente, admirándome de su belleza, sin hacer nada.
El otro día leía: “Si uno observa quiere saber y obtener información. Uno quiere conseguir algo, por ejemplo conocimiento. En cambio el mero contemplar no pretende conseguir nada. La actitud contemplativa nos conduce a una increíble calma. Todo lo que está presente puede estar presente. No necesitamos cambiar nada. Lo dejamos todo como está. Contemplando se llega al amor por lo contemplado. La contemplación es desinteresada y libre de intereses propios. Así, nunca desearíamos que Dios nos observara, pero somos felices cuando nos contempla bondadosamente. En la vida eterna tampoco observaremos a Dios, sino que lo contemplaremos y por eso lo amaremos”.
Me gustaría aprender a vivir así. Y sacar paz de todo lo que veo. Detenido ante la vida llenarme de la presencia de Dios. Sé que todo me habla de su amor, de su preocupación por mí. Quiero que Dios me contemple.
Quiero contemplar a Dios y saber lo que me está diciendo en medio de mis días. No sólo donde creo que Dios sí me tiene que decir algo.

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